Un poco tarde para viernes, pero son tan buenas que las puedes comer cualquier fin de semana, ahora que las puedes conseguir en varios supermercados, como el HEB, en la sección de congelados.
Su preparación es muy sencilla, solo necesitas:
Sardinas (las venden congeladas, en bolsas de 1 kg.)
Un asador con brasa media (que ya haya perdido intensidad)
Una parrilla para asar pescado, las conoces?, son de alambre con un gozne, con un mango de madera o alambre cubierta con silicón, y el pescado (sardinas) quedan aprisionadas entre las dos partes de la parrilla.
Sardinas: las pones a descongelar un día antes dentro del refrigerador
Una vez descongeladas, les pones sal de mar, no les quites las escamas, ni le saques la tripa, se cocinan, con todo. La escama la protegerá del calor y la tripa, si quieres, se la sacas ya que estén cocidas.
Bueno…
Colocas las sardinas en esta posición ¡! ¡! ¡! Ó, también las puedes ensartar en un palillo de bambú, pero es más seguro que se te deshagan.
Las pones sobre la parrilla del asador, solo 2 o 3 minutos por lado. Las sardinas tienen mucha grasa, así que se dorarán pronto, es importante que la brasa no esté demasiado alta o se te quemarán, pro también es importante que se hagan bien, que no queden crudas, pero que tampoco queden secas, porque si se secan, no sirven.
Una vez hechas, cómetelas con los dedos!!
Las puedes acompañar con salsa de tomate, de ajo, con aceite de olivo, limón, mayonesa, o con una salsita picosa
Si te da la H… cocínalas a la plancha, o en sartén.
Te aseguro que te gustarán!
(Por el aliento de gato vagabundo no te preocupes, con un buchecito de leche se te quita) 🙂
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